"Si hay algo de lo que no me río, algo sobre lo cual Lacan estaba reglado en su relación a la locura (pero esta posición no es absolutamente excepcional, no lo es sino relativamente), algo que lo habitaba desde el inicio hasta el último final, digamos desde Marguerite Anzieu a James Joyce, era, permítanme que se los diga, lo que yo había escuchado en el rumor Lacan, a saber, que sabía, en su práctica, no saber. Más precisamente todavía, y todos sus seminarios y presentaciones de enfermos lo testimonian por igual, sabía no saber lo que Lacan pensaba. Sabía, y mucho, cuando eso se imponía, reírse, de Lacan" Jean Allouch.

domingo, 21 de marzo de 2010

Donna Williams "De escritura a escritor"

El siguiente texto se encuentra en la página web de Donna Williams, en su apartado "libros". La traducción y notas son de Ricardo Seijas, corregido amable y rigurosamente por Pablo Dymant.  









"Painting" por D.Williams

Como un aparente niño ciego constantemente perdía a mi madre en el supermercado para ir a la sección de libros y perderme en las texturas de las tapas, el olor de los libros y el revoloteo de sus páginas. Había sido dejada con discos de cuentos y un tocadiscos automático de los 60 (como una tostadora) (1) desde que tenía tres años. Recuerdo el grado de preparatoria (2) y el aprendizaje de letras asociadas con las imágenes, "A" es para apple (3) y así sucesivamente y luego aprender la fonética, cómo leer y decir 'ch' y 'EA'. Entonces vino la lectura que aprendí a hacer de memoria, disfrutando la capacidad de citar libros enteros a la edad de nueve años. Luego, a los nueve se descubrió que no podía entender lo que estaba leyendo. A pesar de que me habían enseñado a leer relacionando con imágenes el problema era que yo veía mi mundo en pedazos, así que el aprendizaje no pasaba. Podía entender las palabras individuales incluidas en listas, pero comprender una cadena larga, comprender frases escritas, era tan difícil como entender las oídas.

Finalizaban en una caída en el sinsentido.

Cuando fui capaz de permanecer sentada en un asiento (y el humor, la ansiedad, los desórdenes compulsivos y del procesamiento de la información hacían que fuera aquello realmente un desafío) fuí capaz de copiar frases de la pizarra y a partir de allí aprendí a escribir con la mano. Pero expresarme a mí misma personalmente fue algo totalmente diferente. Intimidad-fóbica, mi vida fue dedicada a un aislamiento profundo, así que ¿dónde en este mundo se suponía que iba a encontrar el deseo de mostrar a otros quien estaba allí?

Pero todavía amaba el mundo y las personas y la vida y fui una ávida observadora de la gente toda mi vida, mapeando sus conductas, su “música de ser”, como un espía maestro, una “mosca en la pared”, y ni siquiera me di cuenta de que estaba dándome cuenta.

Mi carrera de escritora comenzó cuando una máquina de escribir fue dejada en mi habitación, a la edad de nueve años. Como la mayoría de los objetos introducidos, estas cosas no me fueron presentadas con instrucciones para conocerlos ya que se sabía que en mi mundo ante todo sordo al significado, esa era una forma segura de poner tu propio sello sobre él, marcando la parte del objeto de tu mundo y un intento para invadir el mío. Así que la máquina de escribir, como la introducción de otros objetos, pareció haberse introducido a sí misma, estuvo simplemente allí un día.

Me tomó algún tiempo atreverme a tocar sus teclas, observando el mecanismo, al chocar la cinta a través de los rodillos (porque no había papel en ella) y el carro avanzaba, ahora sorprendentemente alterados por mí. Había tenido un impacto sobre ella. Yo existía. Tenía que deshacerlo y empujé el carro dentro de la línea antes de que la hiperventilación bajara.

Poco a poco, me atreví a todo esto de nuevo hasta que un día, llegué a casa para encontrar que la máquina de escribir se había alimentado a sí misma con una hoja de papel. Me quedé atónita. La máquina de escribir y yo no mantuvimos trato por algún tiempo. Luego me atreví a pulsar las teclas de nuevo.

Para mi horror, imprimió en la página. Ahora no sólo había hecho un impacto, sino que no podía ser borrado. Allí estaba la prueba, en el blanco de la página. No había ninguna denegación de eso ahora. Yo había afirmado mi existencia y eso había sido capturado.

Entonces estallé, desafiando toda compulsión para rasgar el papel, triturarlo y comerlo, y escribí una línea completa de letras. Bueno, ese fue el principio del fin. Antes de saberlo, las letras me provocaron accesos de risitas e hicieron su camino línea por línea en la página. Durante los siguientes cuatro años, las letras se convertirían en listas de palabras y las listas de palabras se convertirían eventualmente en poesía automática, impulsada inconcientemente, escondida en el hueco del techo donde se le permitió atreverse a existir. Mi carrera como escritora había comenzado.

Seguí consolidando estas palabras en los temas de mis CDs, titulados Nobody Nowhere y Mutación y desarrollando las experiencias dentro de ellos en las obras autobiográficas, Nobody Nowhere, Somebody Somewhere, Como Color para el Ciego y Todos los Días El Cielo, en los libros de texto, Autismo; Un Enfoque de Adentro hacia Afuera, Autismo y Detección; El Instinto No Perdido, Ansiedad de la Exposición; La Jaula Invisible y El Rompecabezas Embrollado, y las obras de poesía, No Cualquier Cosa, y Raros como Yo, que todos ustedes encontrarán aquí. Algunas veces, simplemente debes confiar y abrir las compuertas.

Así que mis libros tenían sus bases mucho antes que las palabras encontraran su camino en el papel. Las experiencias bajo las palabras fueron grabadas en mi alma, más allá del alcance de mi mente consciente. La escritura fue la primera llave de la puerta detrás de la cual todo estaba bloqueado.

Bienvenidos, pasen.

Donna Williams *)

1. Donna escribe “pop up record player” y agrega (como una tostadora). Se aclara al saber que se dice “pop up toaster” a las tostadoras automáticas, que “saltan” cuando las tostadas están listas. Por extensión debemos suponer que el pop up record player, es un tocadiscos automático que “saltaba” los discos repitiendolos o cambiándolos.

2. Preparatoria: escuela primaria.

3. Manzana.

1 comentario:

  1. En la página de Donna Williams (que además es música), hay un párrafo en que habla de su relación a la música que me resulta muy interesante, ya que habla especialmente de la voz:
    «If hearing my own music outside myself was a daunting experience hearing myself sing in my own voice was just as hard. I'm certainly good at doing other people's voices; that causes no Exposure Anxiety. I can do a reasonable Elvis impression with a great deep voice, mimic people Streisand's polished style and even do a gravelly Louis Armstrong but singing as me meant the jolt of my own very real existence coming back in my ears and knowing, emotionally, that others could hear or react to that... that took a long time to chill out about that idea. I'd have rather sung as a cat than as a human being but most people are pretty happy I didn't. »
    Sobre todo la frase "cantar cómo mi misma significaba la conmoción de mi propia existencia real volviendo a mis oídos, y sabiendo, emocionalmente, que otros podían oír o reaccionar a ello..."
    Todo esto, en relación a lo que dice Maleval sobre la imposibilidad de ocupar una posición de enunciación en el autismo, sumado a lo que se puede pensar en relación a la voz ¿cómo objeto? ¿cómo órgano? ¿cómo instrumento?

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