"Si hay algo de lo que no me río, algo sobre lo cual Lacan estaba reglado en su relación a la locura (pero esta posición no es absolutamente excepcional, no lo es sino relativamente), algo que lo habitaba desde el inicio hasta el último final, digamos desde Marguerite Anzieu a James Joyce, era, permítanme que se los diga, lo que yo había escuchado en el rumor Lacan, a saber, que sabía, en su práctica, no saber. Más precisamente todavía, y todos sus seminarios y presentaciones de enfermos lo testimonian por igual, sabía no saber lo que Lacan pensaba. Sabía, y mucho, cuando eso se imponía, reírse, de Lacan" Jean Allouch.

sábado, 4 de septiembre de 2010

"Los bárbaros" de Alessandro Baricco

Les recomiendo este librito que salió en estos días en la colección de Página 12 "Los cuarenta de Anagrama". Se trata de una selección de ensayos acerca de lo que Baricco nombra también como "los mutantes" y a lo que el sentido común psicoanalítico llama "la época".

Baricco analiza las transformaciones en los campos del vino, del fútbol y del libro como ilustraciones de una transformación general de la sociedad occidental. En ello, se mete también con Google.

No pueden dejar de ver que en el diseño de la tapa encontramos la pintura chorreante de un nudo de cinco, pero en este caso, no borromeo.

Dos de sus epígrafes que señalan bien la orientación del libro:

"El miedo a ser derrotados y destruídos por hordas bárbaras es tan viejo como la historia de la civilización. Imágenes de desertización, de jardines saqueados por nómadas y de edificios en ruinas en los que pastan los rebaños son recurrentes en la literatura de la decadencia, desde la antigüedad hasta nuestros días" (W.Schivelbusch)

"Elegancia, pureza y medida, que eran los principios de nuestro arte, se han ido rindiendo gradualmente al nuevo estilo, frívolo y afectado, que estos tiempos, de talento artificial, han adoptado. Cerebros que, por educación y por costumbre, no consiguen pensar en otra cosa que en los trajes, la moda, el chismorreo, la lectura de novelas y la disipación moral; a los que les cuesta gran esfuerzo sentir los placeres, mas elaborados y menos febriles, de la ciencia y del arte. Beethoven escribe para esos cerebros, y parece que tiene cierto éxito si he de hacer caso a los elogios, que,  por todas partes, veo brotar respecto a este último trabajo suyo. (The Quarterly Musical Magazine and Review, 1825)

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